domingo, 14 de abril de 2013

EL TALLER DEL ESCAPISTA II




En el taller del escapista, hay un hada verde. Se posa nostálgica sobre una vieja mesa de ébano y sostiene una fina cuchara de plata. Su mirada es rabiosa, con esos tintes de inocencia emputecida que guardan los dolores que se guardan dentro, que sólo ella sabe mantener en secreto. Cuando el escapista llega de su función se enreda con ella, le habla, le insulta, la golpea, le acaricia el pelo. El pelo. Que guarda celoso ligeros efluvios de hinojo y anís. Y se recrea en los ojos verdes de la puta sin poder ver nada, un doloroso vacío... el verde vacío. Y al lamer su piel el sabor de las hojas de enebro y el regaliz se aferran a su lengua, mezclados con el ajenjo y una amarga frustración. Esa sensación de saborear los olores, de guardarlos en la garganta lo ataca, lo angustia. La necesidad lo angustia. La lengua de azúcar lo asusta y desespera. Y el dolor lo devora. Cae de espaldas en el suelo, aturdido y sudoroso porque le pareció ver momentáneamente, en los ojos vácuos de su verde compañera, en el resplandor de la plata; su propio rostro desencajado.
El escapista, experto en desvanecerse en una nada, se recrea corpóreamente en el sopor mientras viaja con su hada, agarrándola de los cabellos, maltratándola y amándola… Hasta escuchar un sonido incomprensible de infante. El escapista habla. Sueña entre sudores, se estremece en su éxtasis, mientras su compañera amada arde por los poros. Todo comprensible a la vez. Ver cabezas contra aristas de piedra en una pared de frustraciones. La vida vivida en un dada eterno. Hay que romper. Papeles, recuerdos, plumas, tinteros, carne y hueso. Debe de arder todo y quebrarse antes de reducirnos a cenizas. Si todo fuera un balbuceo con sentido, un puzzle en la cabeza, metafísica pura dentro de la boca, peleando con mil lenguas bífidas...Si fuera ello, seríamos amantes inmortales. Moluscos que hibernan. Soy yo. Soy completamente anti-yo. Y me deshago resbalando por entre las agujas de un reloj de bolsillo, casándome con la podredumbre que vomito. Polvo, polvo, polvo y lenguas. Un cuerpo del revés y la sangre a cuentagotas, sobre el suelo. El suelo de las nubes. El suelo del helminto y de los corazones calientes, por el que nos abrimos paso a arenosas dentelladas...
Y acabamos muriendo en un éxtasis horizonal, con los ojos en blanco mientras la lengua de una mariposa copula con la mente y planta opio y calma en nuestras pesadillas. Moth. Moth. Madre estéril y parricida, que amamanta a su cría con amarga sangre del desencanto del inocente. Entonces es cuando abrimos los ojos; todo pupila, entonces todo es veraz, entonces sabes que todo es sueño a pesar de estar despierto. Que no hay ángeles ni arcángeles que guarden puertas o nos cuiden de las pesadillas de ojos brillantes que se ocultan en nuestro reverso. Nosotros somos pesadillas. Pesadillas de largas patas y dientes, para correr rápido y desgarrar violentamente el útero en el que nos resguardamos. Y el útero cruel nos escupe al frío, odia y revienta y entonces nacemos una vez más, bastardos de la nada. Y sólo hay un momento real en el que somos ponzoña pura adictiva, un yo concéntrico, dando vueltas sobre sí mismo...Y somos droga...una línea horizonal... metafísica pura y veraz. Horror en un alma cerrada. Y somos... y somos...  ¡somos el polvo de la nada! Una idea incomprensible. Concupiscencia corpórea. De nuevo; debemos romper con todo antes de que el todo Saturno nos devore, como hijos bastardos del vientre de la nada.
Horas perdidas. Camisa abierta. El sudor frío, el pulso perdido. La pupila abierta al vacío. La amante, deshecha en la lengua, furiosa, irreductible. El veneno.

lunes, 8 de octubre de 2012

La inmortalidad está en la hibernación de los moluscos.

Los despiertos permanecen en un mundo común, y los que duermen se encuentran en un mundo propio, creado por uno mismo pincelada a pincelada. Cuando estamos despiertos, nos guiamos por lo pronosticado, por una mímesis basada en otros humanos, internos en la vigilia. Una interminable cadena de previsibilidad. Pero cuando el humano se sume en el sueño, entonces el mundo cambia. Se desliga de las ataduras de lo común, de lo vulgar, y entonces renace el ser como caótico y anárquico, alejado de convencionalismos, de valores y normas establecidos por los insomnes. Muta en un animal libre y único, libre en esencia y libre en el sentido más puro del término.
El animal brillante, que cuando se sume en el más profundo de los letargos, despierta en su genialidad más pura. Cuando se desintoxica de los contaminantes del despertar; nace el animal humano libre en esencia e inmoralmente inmortal.

Como decía Salvador Dalí: "La inmortalidad está en la hibernación de los moluscos".

martes, 24 de julio de 2012

El hada verde.

En el taller del escapista, hay un hada verde. Se posa nostálgica sobre una vieja mesa de ébano y sostiene una fina cuchara de plata. Su mirada es rabiosa, con esos tintes de inocencia emputecida que guardan los dolores que se guardan dentro, que sólo ella sabe mantener en secreto. Cuando el escapista llega de su función se enreda con ella, le habla, le insulta, la golpea, le acaricia el pelo. El pelo. Que guarda celoso ligeros efluvios de hinojo y anís. Y se recrea en los ojos verdes de la puta sin poder ver nada, un doloroso vacío... el verde vacío. Y al lamer su piel el sabor de las hojas de enebro y el regaliz se aferran a su lengua, mezclados con el ajenjo y una amarga frustración. Esa sensación de saborear los olores, de guardarlos en la garganta lo ataca, lo angustia. La necesidad lo angustia. La lengua de azúcar lo asusta y desespera. Y el dolor lo devora. Cae de espaldas en el suelo, aturdido y sudoroso porque le pareció ver momentáneamente, en los ojos vácuos de su verde compañera, en el resplandor de la plata; su propio rostro desencajado.
El escapista, experto en desvanecerse en una nada, se recrea corpóreamente en el sopor mientras viaja con su hada, agarrándola de los cabellos, maltratándola y amándola como nunca amará a nadie.


jueves, 14 de junio de 2012

La pena.

La humanidad somos el fruto maduro que nadie recoge, y que termina pereciendo bajo la sombra de un árbol alto, imponente...inalcanzable. Somos la única semilla de la naturaleza que se pudre directamente antes de mostrar el efímero momento de plenitud que muestran las rosas antes de que los hielos devoren sus pétalos con la voracidad de una fiera hambrienta. Y por mi cabeza ronda el monólogo de Segismundo en aquella obra... cuántos seres gozan de una libertad imperecedera...y nosotros...nosotros nos atamos con cadenas y cuerdas, y nos hundimos, motu proprio; en mares de depresiones e ignorancia, que embotan nuestros sentidos e inhiben nuestra capacidad crítica, sedan nuestros sueños haciendo que despertemos desorientados como reos de posguerra. Nacemos tontos, estultos y morimos con la sensación de conocer la nada. Esa sensación amarga, como la de un niño que se siente ignorado por su padre... El sentimiento de abandono y muerte personal, que se enreda con una tristeza abstracta y la euforia infame de la impotencia y la frustración. De forma patética me asimilo a un Dorian Gray, emputecido y con ese pánico al tiempo que absorbe cada gramo de mi vida...Encontraré también mi óleo en una vieja habitación a oscuras y entonces, espantado mi psique se desvanecerá en un grito ahogado. Grito ahogado. Munch. Soy el Cronos rencoroso y cruel de una realidad absurda y relativista. Ya nadie conoce al ser humano como "el animal metafísico", y al igual que nuestros antiguos compañeros de mito...estamos encerrados en La caverna, destinados a una ceguera perpetua y a la esclavitud eterna, monstruos a los cuales nos arrojamos para resguardarnos de la verdad, porque la luz de lo real y ontológico nos daña. Preferimos destruírnos, a vivir como humanos reales...

Y bajo unas escaleras de caracol, entre relojes mojados y colores estridentes estoy mejor...
Abajo, abajo...más abajo de lo que cava el subconsciente, la mente en un atardecer anaranjado como el lomo de un tigre... Y en las rayas negras, sensación de lo onírico.
Esa horrible sensación, entre horrible metafísica y calmante fantasía... esa aterradora sensación de ser el Ser, Siendo y Fue, que sólo calma el vivir siendo vivido, el pronombre.

Detestable Dorian Gray imperfecto, enemigo de la humanidad...y más aun de sí mismo.

lunes, 7 de mayo de 2012

MOTHER.

Un sonido incomprensible de infante. Todo sería realmente comprensible a la vez. Dejaríamos de clavar nuestras cabezas contra aristas de piedra en una pared de frustraciones. La vida que vivimos en un dada eterno. Hay que romper. Papeles, recuerdos, plumas, tinteros, carne y hueso. Debe de arder todo y quebrarse antes de que nos rompan a nosotros mismos. Si todo fuera un balbuceo con sentido, un puzzle en la cabeza, metafísica pura dentro de la boca, peleando con mil lenguas bífidas...Si fuera ello, seríamos amantes de nuestro ego... Soy yo. Soy completamente anti-yo. Y me deshago resbalando por entre las agujas de un reloj de bolsillo, casándome con la podredumbre que vomito. Polvo, polvo, polvo y lenguas. Mi cuerpo del revés y la sangre a cuentagotas, sobre el suelo. El suelo de las nubes. El suelo del helminto y de los corazones calientes...Y acabamos muriendo en un éxtasis horizonal, con los ojos en blanco mientras la lengua de una mariposa copula con la mente y planta opio y calma en nuestras pesadillas. Moth. Moth. Madre estéril y parricida, que amamanta a su cría con amarga sangre del desencanto del inocente. Entonces es cuando abrimos los ojos; todo pupila, entonces todo es veraz, entonces sabes que todo es sueño a pesar de estar despierto. Que no hay ángeles ni arcángeles que guarden puertas o nos cuiden de las pesadillas de ojos brillantes que se ocultan en nuestro reverso. Nosotros somos pesadillas. Pesadillas de largas patas y dientes, para correr rápido y desgarrar violentamente el útero en el que nos resguardamos. Y el útero cruel nos escupe al frío, odia y revienta y entonces nacemos una vez más, bastardos de la nada. Y sólo hay un sólo momento real en el que somos ponzoña pura adictiva y somos un yo concéntrico, dando vueltas sobre sí mismo...Y somos droga...una línea horizonal... metafísica pura y veraz. Horror en un alma cerrada. Y somos... y somos... y somos el polvo de la nada. Una idea incomprensible. Concupisciencia corpórea. De nuevo; debemos romper con todo antes de que el todo Saturno nos devore, como hijos bastardos de un útero de la nada...

jueves, 15 de marzo de 2012

El beso en vena.

...Cuando te tengo delante no puedo pensar. A veces me pregunto por qué juegas así conmigo.¿Por qué coño eres tan perra? Haces conmigo lo que quieres cuando besas mis venas, provocas incendios dentro de mi cuerpo y aturdes mi cabeza en seductoras espirales de alucinaciones. Quieta en el suelo...ya no sé ni si estoy boca arriba o de espaldas. Desorientado arqueo mi espalda sin espalda que arañar... Lou Reed canta muy al fondo de mi cabeza...

Because a mainer to my vein
Leads to a center in my head
and then I'm better off than dead...

...And I guess I just don't know
And I guess I just don't know...

Onanismo mental.
Con la mano derecha me toco la cara sintiendo la nada...Boca abierta y párpado caído. Y aquí me tienes;literalmente arrastrándome por tí. Eres una puta. Lo sabes. Y yo te necesito. EL corazón late tan lento. Y mi respiración se ralentiza, empezando a pasar desapercibida. Siento las intensas palpitaciones en mi cabeza... Creo que he vomitado por algún lugar de la habitación.¿Por qué me dejas así? Primero me elevas alto y alto...para luego dejarme tirada, haciendo que me olvide hasta de mi nombre. Y aún así eres preciosa. Hasta en tu forma de engañar...De matar lentamente.
Yo sigo aquí...Algo se está pudriendo, y aún no logro ver el qué. En realidad no puedo ver nada de lo que tengo delante. Un techo manchado de humedad y vergüenza, con un halógeno colgando de forma penosa.
Me prometes que eres distinta,que no me abandonarás nunca; y cada vez que vienes a mí mis músculos se tensan, y me muerdo el labio; casi alcanzando el clímax...Creces perfecta dentro de mis vasos sanguíneos, asomando tu esencia por mis pupilas...Convirtiéndote en una jodida obsesión. Hasta que me doy cuenta de que yo ya no soy yo; tras haberte dejado entrar...dejo escapar una ahogada exhalación de mi garganta...Mejor que un puto orgasmo...Hazme perder el control.

Uno...dos...tres... segundos es lo que tardaré en evadirme de todo. PEro después...nunca más. Lo juro.

...Nunca más hasta la próxima vez...

domingo, 5 de febrero de 2012

A nadie.

Los relojes mojados acabaron con la persistencia de mi memoria. Y aquel enorme insecto que vivía en mi cabeza devoró todo mi tiempo;masturbador de recuerdos.
_ ¿No te da vergüenza?- Le pregunté indignada a un holograma que me saludaba dentro de un espejo..._ ¿No te da vergüenza dejarme aquí sola?
Él no contestó, porque...era un holograma...Garabato inexistente que se cuela en mi cabeza, y escapa por los ojos...Un grito, el grito, con las manos sobre las sienes y el rostro deformado. El puerto...Gente a lo lejos que oye pero no escucha. Presión en pecho y garganta follando con un atardecer naranja. Me miraste otra vez...una y otra vez. Me robaste mi noche estrellada, ya no tendré más espirales de locura amarilla en el cielo nocturno. Por eso me encerré en mi habitación en Arlés. Enorme,pero exageradamente reducida y claustrofóbica. Demasiado angustiosa.Saturno se come mis nervios. TEnebrismo en los días y pinceladas de luz en horas de lágrimas cuando cierro los ojos. Una oreja...Él no estaba loco...PEro la gente nunca comprendió, tan ciegos, tan mudos. El insecto es mariposa, y con su fina y larga boca besa las palabras de una boca muda que repite una y otra vez lo mismo.Y muerde cuellos, y arranca ropas. Éxtasis y gritos. El primer plano de unos labios mordiéndose y una mano cerrándose en una pupila cerrada. Venas en el cuello. Arañazo en la espalda...Y otra vez el insecto que chupa de forma angustiosa la vida de la nada...
Mariposa.
Lengua y alas.