Los despiertos permanecen en un mundo común, y los que duermen se encuentran en un mundo propio, creado por uno mismo pincelada a pincelada. Cuando estamos despiertos, nos guiamos por lo pronosticado, por una mímesis basada en otros humanos, internos en la vigilia. Una interminable cadena de previsibilidad. Pero cuando el humano se sume en el sueño, entonces el mundo cambia. Se desliga de las ataduras de lo común, de lo vulgar, y entonces renace el ser como caótico y anárquico, alejado de convencionalismos, de valores y normas establecidos por los insomnes. Muta en un animal libre y único, libre en esencia y libre en el sentido más puro del término.El animal brillante, que cuando se sume en el más profundo de los letargos, despierta en su genialidad más pura. Cuando se desintoxica de los contaminantes del despertar; nace el animal humano libre en esencia e inmoralmente inmortal.
Como decía Salvador Dalí: "La inmortalidad está en la hibernación de los moluscos".
que exelentes palbras las del genio dalí ,me quede pensativo ,muy bueno
ResponderEliminarque exelentes palbras las del genio dalí ,me quede pensativo ,muy bueno
ResponderEliminar